miércoles, 29 de agosto de 2012

Historia de Paulina y Blanche








Paulina y Blanche son hermanas, y viven en una granja  cerca de Rotterdam.



Paulina es la mayor y regenta una charcutería donde vende todos los productos de su granja.
Tiene un problema, siempre huele a embutidos por lo que la persiguen todo tipo de animales atraidos por su buen olor..........




La pequeña de las hermanas cuida de la granja. Es muy tímida y no soporta los ruidos fuertes. 









Un mañana..... en que Paulina se dirigía a trabajar a la charcutería.... 



Blanche recibió una visita, era su vecina la que siempre estaba embarazada. La seguían una ristra de niños detrás
y traían un gran huevo. Paulina lo cogió con cuidado, estaba calentito y era muuuy suave. No salía de su asombro y no supo que decir, normalmente no decía nada. Las dos se sonrieron y volvieron a sus quehaceres. Se le olvidó preguntar que debía hacer con él, así que se puso a cavilar......¿Sería para comer debía hacer una gran tortilla? o ¿Sería para incubar y debería mantenerlo caliente? Pensó en su vecina, y estaba segura de que ...aquello había que incubarlo.

 Entró en la casa y lo subió al altillo, donde entraba mucho sol através del gran reloj.

Todos sus ratos libres los dedicaba a calentar el huevo y éste cada vez pesaba más y más.
 No dijo nada a su hermana, no era un secreto, Blanche no mentía, no sabía mentir; únicamente se le olvidó comentárlo. La buhardilla del reloj siempre había sido el sitio preferido de Blanche, a menudo subía allí.,Era el lugar más tranquilo de la casa, pues los animales hacen muchiiiiisimo ruido.... .
Así que Paulina no sospechó que pasaba nada raro, Blanche subía y bajaba como de costumbre.
Pasaban los días y dentro del huevo algo se movía.
Al principio pensó que podía ser un huevo de oca y se disfrazó de pájaro con un gran pico por si nacía en cualquier momento. Pero poco a poco pensó que en la granja de la vecina no había ocas ni pájaros grandes, solamente vacas y niños.
- Una vaca no podía ser, pensó . Pues entonces tiene que ser un niño....
Ella no sabía como venían los niños al mundo así que le pareció natural que los niños estuviesen una época dentro de la barriga y que cuándo estuviese casi listo la madre pusiese el huevo y hubiese que incubarlo unos días. La verdad es que un bebé le hacía mucha ilusión, le gustaban más los niños que la gente mayor, a excepción de su hermana, claro, pues la adoraba. Poco a poco arraigó en ella la sensación de que había un niño en aquel huevo tan grande ........
.......y con mucho mimo lo giraba despacito, imaginándose las posturas que tendría el bebé allá adentro.

Una tarde mientras soñaba despierta con el huevo entre sus manos, se oyó un ruido largo e intenso. Soltó el huevo de golpe en una cesta y se escondió en un rincón. El corazón le iba a mil por hora.
Se tapó las orejas por instinto, siempre lo hacía para protegerse, o se tapaba los ojos para que no la vieran o se tapaba los oídos porque no quería oir. Era una maniobra para estar asalvo de lo que no le gustaba.
 Cuando se destapó los oídos buscó su huevo. Allí estaba roto y vacio. Buscó por todas partes pero sólo encontró un trozo de cáscara por el suelo. No vió que en la pared había dos bonitos ojos que la observaban.

Esperó impaciente a que su hermana volviese del trabajo y le pidió ayuda. Paulina la ayudó a buscar por toda la casa, hasta en el establo. Los animales  miraban extrañados como ellas revolvían la paja y movían todos los cubos. Cuando cayó la noche estaban agotadas. Paulina durmió esa noche con Blanche y la abrazó muy fuerte porque sabía que lo necesitaba. Blanche durmió encantada, le gustaba dormir con Paulina como cuando eran pequeñas y se despertó temprano para volver a empezar a buscar.

Muchos días estuvo buscando, hasta que una mañana vió a la vecina sentada en el porche con un nuevo bebé en los brazos. Blanche dio un salto de alegría y fue a verlo, creyó reconocerlo en seguida, era tan pequeño como ella había imaginado. Se llamaba Paul, bonito nombre pensó. 


Historia de Paulina y Blanche








Paulina y Blanche son hermanas, y viven en una granja  cerca de Rotterdam.



Paulina es la mayor y regenta una charcutería donde vende todos los productos de su granja.
Tiene un problema, siempre huele a embutidos por lo que la persiguen todo tipo de animales atraidos por su buen olor..........




La pequeña de las hermanas cuida de la granja. Es muy tímida y no soporta los ruidos fuertes. 









Un mañana..... en que Paulina se dirigía a trabajar a la charcutería.... 



Blanche recibió una visita, era su vecina la que siempre estaba embarazada. La seguían una ristra de niños detrás
y traían un gran huevo. Paulina lo cogió con cuidado, estaba calentito y era muuuy suave. No salía de su asombro y no supo que decir, normalmente no decía nada. Las dos se sonrieron y volvieron a sus quehaceres. Se le olvidó preguntar que debía hacer con él, así que se puso a cavilar......¿Sería para comer debía hacer una gran tortilla? o ¿Sería para incubar y debería mantenerlo caliente? Pensó en su vecina, y estaba segura de que ...aquello había que incubarlo.

 Entró en la casa y lo subió al altillo, donde entraba mucho sol através del gran reloj.

Todos sus ratos libres los dedicaba a calentar el huevo y éste cada vez pesaba más y más.
 No dijo nada a su hermana, no era un secreto, Blanche no mentía, no sabía mentir; únicamente se le olvidó comentárlo. La buhardilla del reloj siempre había sido el sitio preferido de Blanche, a menudo subía allí.,Era el lugar más tranquilo de la casa, pues los animales hacen muchiiiiisimo ruido.... .
Así que Paulina no sospechó que pasaba nada raro, Blanche subía y bajaba como de costumbre.
Pasaban los días y dentro del huevo algo se movía.
Al principio pensó que podía ser un huevo de oca y se disfrazó de pájaro con un gran pico por si nacía en cualquier momento. Pero poco a poco pensó que en la granja de la vecina no había ocas ni pájaros grandes, solamente vacas y niños.
- Una vaca no podía ser, pensó . Pues entonces tiene que ser un niño....
Ella no sabía como venían los niños al mundo así que le pareció natural que los niños estuviesen una época dentro de la barriga y que cuándo estuviese casi listo la madre pusiese el huevo y hubiese que incubarlo unos días. La verdad es que un bebé le hacía mucha ilusión, le gustaban más los niños que la gente mayor, a excepción de su hermana, claro, pues la adoraba. Poco a poco arraigó en ella la sensación de que había un niño en aquel huevo tan grande ........
.......y con mucho mimo lo giraba despacito, imaginándose las posturas que tendría el bebé allá adentro.

Una tarde mientras soñaba despierta con el huevo entre sus manos, se oyó un ruido largo e intenso. Soltó el huevo de golpe en una cesta y se escondió en un rincón. El corazón le iba a mil por hora.